
Esfumado
La técnica de pintura llamada "esfumado", (en italiano, "sfumato") es una de las contribuciones más significativas del renacimiento italiano al arte.
El término "sfumato" proviene del italiano "sfumare", que significa "evaporarse" o "desvanecerse como humo", y se refiere a la capacidad de crear transiciones suaves y graduales entre los colores y tonos. Esta técnica permite eliminar las líneas duras y los contornos definidos, produciendo un efecto brumoso que da una sensación de profundidad y volumen a las figuras. Leonardo da Vinci es el artista más asociado con el esfumado, y su obra maestra, La Mona Lisa, es un ejemplo destacado de esta técnica.
La creación del esfumado será el resultado de intensos estudios y de la búsqueda del naturalismo y el renacimiento de una imagen capaz de retratar a la perfección la transición entre la luz y la figura, basados en la observación precisa de la naturaleza. Los artistas de este tiempo estudiaron intensamente la luz y la sombra, así como la anatomía humana, para mejorar el realismo en sus pinturas. Además de Leonardo, otros artistas del renacimiento que emplearon el esfumado incluyen a Correggio y Giorgione. Correggio, por ejemplo, utilizó esta técnica en sus obras para lograr efectos de suavidad y luminosidad, mientras que Giorgione lo empleó para dar un toque atmosférico a sus paisajes y retratos.
Más tarde el gran artista sevillano, Diego Velázquez, llevará esta técnica a un nivel superior con su obra maestra llamada "Las meninas", llegando a conferir al cuadro diferentes niveles de definición, para plasmar en la pintura una sesación profundidad nunca antes vista.