
Dripping
La técnica de pintura conocida como "dripping" revolucionó el arte del siglo XX, transformándose en una marca distintiva del expresionismo abstracto. Usada por Janet Sobel y popularizada por Jackson Pollock en la década de 1940, esta técnica consiste en dejar gotear la pintura desde un pincel o una lata directamente sobre un lienzo colocado en el suelo, permitiendo que la gravedad y el movimiento del cuerpo del artista guíen la aplicación del color. Inspirada en parte por las técnicas automáticas del surrealismo, el dripping buscaba liberar la creatividad subconsciente y expresar emociones profundas sin las restricciones de las formas tradicionales.
Esta técnica de pintura influyó significativamente en el desarrollo del expresionismo abstracto, un movimiento que buscaba transmitir sentimientos y estados internos a través de formas abstractas y dinámicas. Además de Pollock, artistas como Lee Krasner y Willem de Kooning adoptaron y adaptaron esta técnica, contribuyendo a la riqueza y diversidad del movimiento. El impacto del dripping se extendió más allá del expresionismo abstracto, influyendo en movimientos posteriores como el arte pop y el minimalismo.
El dripping también dejó una marca indeleble en el arte contemporáneo, inspirando a artistas como Helen Frankenthaler y Morris Louis, quienes experimentaron con técnicas similares para explorar nuevas formas de expresión. En el contexto de la ciencia del arte, el dripping ha sido objeto de estudios que analizan la física del flujo de la pintura y el control gestual del artista, revelando la complejidad detrás de su aparente espontaneidad. Esta técnica desafió las convenciones de la pintura tradicional y también abrió nuevas posibilidades para la experimentación artística y la autoexpresión.